
Orígenes y evolución de la moral
Moral de las sociedades primitivas:La moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente instintiva y forma parte de una colectividad. La moral requiere forzosamente que el hombre se halle en relación con los demás y una conciencia de esa relación, con el fin de poder conducirse de acuerdo con las normas o prescripciones que lo rigen. Pero esta relación hombre - hombre, no puede desvincularse de la relación hombre - medio. Dicha vinculación se expresa, ante todo en el uso y la fabricación de instrumentos, es decir, en el trabajo humano, mediante el cual el hombre crea un puente entre el y la naturaleza, a la que trata de poner a su servicio.Esta moral colectivista, propia de sociedades primitivas que no conocen la propiedad privada ni la división de clases, es una moral única y valida para todos los miembros de la comunidad, al mismo tiempo que limitada a los límites de la gens o tribu. Todo lo que estuviera fuera de esa gens o tribu, era considerado extraño.
La moral en el mundo antiguo:Mientras que la moral de los hombres libres era una moral efectiva y con un fundamento y justificación teóricas en las grandes doctrinas éticas de los filósofos de la antigüedad, la moral de los esclavos nunca pudo alcanzar un nivel teórico. De acuerdo con las ideas dominantes de la época, Aristóteles consideraba que unos hombres eran libres y otros esclavos por naturaleza, y que esta definición era justa y útil. Con todo esto, los esclavos solo podían estar influidos por una moral servil que hacia que se vieran a sí mismos como cosas, por tanto no les era posible superar con su propio esfuerzo los limites de aquella moral dominante; es decir que las condiciones en las que vivían les impedía forjar una moral propia como conjunto de principios y reglas de acción. Practica y teóricamente, la moral que dominaba en la sociedad antigua era la de los hombres libres. El individuo no deja en esta época de sentirse miembro de la comunidad, pero sin sentirse totalmente absorbido por ella.
La moral en la sociedad feudal:La moral de esta sociedad responde a sus características económico sociales y espirituales e impregnada de un alto contenido religioso, debido al papel preeminente de la iglesia en la vida espiritual de la sociedad; y puesto que el poder de la iglesia era aceptado por todos los miembros de la comunidad, dicho contenido aseguraba una cierta unidad moral de la sociedad. Pero al mismo tiempo, y debido a las rígidas divisiones sociales en estamentos y corporaciones, se daba una estratificación moral, es decir una pluralidad de códigos morales (había un código moral para cada estamento).
La moral en la edad moderna:En los tiempos modernos (a medida que los pueblos colonizados no se resignan a ser dominados), se echa mano de la moral para justificar la opresión. Se da una moral colonialista, que presenta como virtudes del colonizado lo que responde a los intereses del país opresor (resignación, fatalismo, humildad, pasividad), además de catar moralmente la haraganería, criminalidad, hipocresía y apego a la tradición de los pueblos colonizados, para justificar la necesidad de imponerle una civilización superior, es decir, imponerles su moral.
Convivencia y Distintos Escenarios del Convivir.
Respeto a la persona:El respeto a la persona es norma esencial en la convivencia cristiana, pues sólo así se salvaguardan los derechos personales. En cambio, cuando se actúa por otros criterios y se convierten los hombres en "cosas", se acaba por despreciar a los hombres concretos cuando estorban para el fin que se propone quien actúa de esa manera.
justicia y Misericordia:El respeto a las personas debe llevar a dar a cada uno lo suyo. Esta es la virtud de la justicia en la que ha de estar basada toda convivencia humana. Cuando se quebranta la justicia surge la violencia en todas sus formas, tanto la violencia física -agresiones, terrorismo, etc.- como la violencia en las ideas, que es la manipulación de muchos por unos pocos. Toda injusticia debe ser solucionada, pero se debe hacer pacíficamente y el recurso a la violencia, en cualquiera de sus formas, siempre es rechazable.Si se vive la justicia se dará la solidaridad entre todos los hombres. Cuando el hombre se considera como uno más entre los otros, desea para los demás los bienes que desea para sí mismo y se une a ellos para conseguir el bien común.
Autoridad y obediencia:Para una sana convivencia hace falta que haya quien la organice y vigile. Una sociedad sin autoridad es semejante a un cuerpo muerto que se descompone. La autoridad la forman los gobernantes legítimos, que deben trabajar para el bien común de la sociedad en la que ejercen su gobierno.
La autoridad debe estar sometida al orden moral:
El hecho de que la autoridad sea necesaria no quiere decir que pueda ser arbitraria, pues entonces degeneraría en tiranía. Dado que humanamente ocupa el máximo rango de la escala social, evitará la tiranía y la arbitrariedad cuando reconozca la autoridad superior de la ley moral.
"La autoridad, sin embargo, no puede considerarse exenta de sometimiento a otra superior. Más aún, la autoridad consiste en la facultad de mandar según la recta razón. Por ello, se sigue evidentemente que su fuerza obligatoria procede del orden moral que tiene a Dios como primer principio y último fin."
La autoridad puede obligar en conciencia:
El camino por el que cualquier autoridad conoce el orden moral, aunque no sea cristiana, es la recta razón. Precisamente por la ley moral es por la que puede obligar en conciencia a los súbditos, al menos en las cuestiones más importantes, y no sólo por la coacción externa de la fuerza policial.Cuando la autoridad respeta el orden moral y a la persona humana, obliga incluso interiormente, es decir, en conciencia. Si no fuera por el orden moral nadie tendría derecho a obligar en conciencia a los demás, porque todos los hombres son esencialmente iguales. Sólo Dios puede obligar en conciencia y juzgar en lo más íntimo del corazón humano.
Servicio y diálogo:No basta con que en una sociedad haya una autoridad y que trabaje bien por la feliz convivencia de sus súbditos; para lograrlo, debe tener siempre presente quien manda, que la autoridad es un acto de servicio a los súbditos y la mejor forma de lograrlo es con un diálogo entre gobernantes y súbditos.La tiranía es una deformación de la autoridad, que hace imposible la pacífica convivencia, porque el tirano prescinde de que su deber y finalidad es servir al pueblo.Existen muchos modos para facilitar el diálogo entre gobernantes y gobernados, pero tiene un especial valor el que entre el ciudadano y el Estado se den entes intermedios que hagan, por ser más pequeños, conocer mejor el querer social de los individuos concretos de esa colectividad.
Conclusión del Tema: la moral de las sociedades cambia a medida que cambian las relaciones entre los seres humanos. Si se admite como valida una relación de dominación de un hombre sobre otro, de una clase social sobre otra, de un país sobre otro, de una sociedad sobre otra, no queda mas que aceptar la idea de que la moral imperante en esa sociedad, será la moral del dominador, la moral del esclavista, la moral de la clase dominante, del país colonizador, etc. Esto es lo que ha venido sucediendo a través de la historia de la humanidad, las ideas o la moral de los más fuertes, de los “superiores” se ha impuesto sobre la moral de los más “débiles”; no quiere decir esto que estos últimos no hayan tenido una moral propia, sino que, ha sido ensombrecida con la moral de aquellos.

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